Aliados y Obstáculos de la meditación

Poco a poco el cuidado de la mente comienza a equiparase al cuidado del cuerpo. Del mismo modo que nos ocupamos por mantener nuestro cuerpo flexible, fuerte, resistente, hidratado, bien alimentado y bien descansado, nuestra mente, algo mucho más abstracto y complicado de entender, debería de ser foco importante de atención para acercarnos al estado de salud, bienestar y felicidad.

Hasta que no se comienza a trabajar en ella, la mente se caracteriza por su dispersión, inestabilidad, descontrol, limitación, obsesión y tendencias negativas. ¿Consecuencia del ritmo frenético en que vivimos? ¿es su propia naturaleza ser así? Sea lo que fuere, estos estados mentales nos llevan a pre-ocupaciones, contradicciones, conflictos y sufrimiento. Está en su naturaleza pensar. Estos pensamientos son  involuntarios, condicionados por experiencias previas, educación, religión, etc. que distorsionan la realidad y que nos enreda en una esclavitud de identificación.

Y el trabajo de la meditación nos lleva a la transformación de la mente hacia la mutación de actitudes y enfoques, a través de la mera observación. Trabajo nada sencillo debido a sus ataduras: ofuscación, apego, aversión, negligencia, pereza; Pero como aliados tenemos recursos internos que nos permites brotar:

Esfuerzo consciente.

Nace de la voluntad y la motivación  para combatir la apatía, la pereza y la desgana. De la misma manera que a través del esfuerzo se llega al esfuerzo sin esfuerzo, la propia meditación enseña a meditar. El esfuerzo consciente proporciona luminosidad que va disipando la oscuridad. También se requiere esfuerzo consciente para controlar y dirigir los pensamientos, y para generar pensamientos sanos. Es inevitable el esfuerzo para estar observante y ecuánime.

Ecuanimidad.

Es ánimo estable, imparcialidad, mente firme, humor sereno, mentalidad imperturbada, y no es desinterés, ni falta de intensidad ni indiferencia.

Calma.

La calma proporciona ausencia de agitación mental, emocional y orgánica. Se fomenta con estados de compasión, afecto, generosidad y ecuanimidad… y ello requiere esfuerzo consciente.

Contento interior.

El verdadero contento interior es una experiencia y un estado mucho más allá de una reacción de alegría frente a un acontecimiento. Es el resultado del apaciguamiento, la lucidez y la compasión, y cooperan hacia él la calma interior, la ecuanimidad y la compasión

Confianza.

Aprender a confiar en las enseñanzas y métodos que nos han legado grandes maestros y que perduran por siglos, y confiar en los potenciales internos, nos acercará  a una transformación, esfuerzo por confiar para dejar de esforzarme por alcanzar algo.

Paciencia.

La ciencia de la paz. Es saber esperar con confianza y calma sin resignación.

Amor y compasión.

El amor es la fuerza poderosa que ayuda a desarraigar los pensamientos negativos, nace del ser y no del ego. “Es mediante el amor que el odio puede ser vencido”

Y entre todos se retro-alimentan y favorecen los estados de meditación, y la práctica de la meditación refuerza estos estados.

Y por el camino nos encontramos con impedimentos y obstáculos internos y externos para practicar meditación:

El entorno.

El trabajo, la familia, las relaciones sociales,… nadie está libre de estas vicisitudes; pero eso que interpretamos como una “excusa” para no hacerlo, es realmente el motivo para hacerlo. Gracias a nuestros aliados tomaremos la decisión más correcta.

El cuerpo.

Molestias, dolores,… lo que puede ser un aparente obstáculo puede ser instrumento para la meditación y servirse de él para desarrollar la atención.

La agitación de la mente.

Es precisamente para combatir la agitación para lo que meditamos. No importa cuantas veces la mente se despiste durante la meditación, una y otra vez, compasivamente, con esfuerzo sin esforzarse, volveremos con nuestra atención incluso a la concentración en el estado de dispersión.

La falta de motivación.

Busca tu para qué de la meditación, quieres sentirte mejor, mas equilibrado, más armónico, ser más cooperante para con los demás, más paciente,… esa es tu motivación que tendrás presente en todo momento.

La ausencia de constancia.

Resultado del resto de obstáculos, y ya sabemos que a meditar se aprende  meditando. La perseverancia es la clave.

Las falsas expectativas.

Esperar resultados inmediatos de nada sirve, la constancia es clave y tiene un efecto exponencial.

La somnolencia.

Es fácil abandonarse hacia el sueño en la meditación, esforzarnos por evitarlo es importante, corrigendo la postura, abriendo los ojos, cambiando de técnica de meditación incluso post-poniendo la sesión.

 

 

Gracias por leernos.

 

Om Shanti

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