Respiración y Postura. Binomio perfecto
De la importancia de la respiración durante la práctica de Yoga ya lo sabemos.
¿Pero realmente lo aplicamos en nuestras clases? Nos limitamos a respirar como proceso fisiológico donde inhalo para tomar oxígeno y exhalo para vaciar de dióxido de carbono. ¿Esto es la respiración? Es mucho más!
Comenzamos las clases asentando la postura y tomando conciencia de la respiración, ésta nos ayuda a colocar nuestra atención en el momento presente. Y durante la práctica de ásanas se convierte en el ancla donde depositar nuestra concentración. En la relajación final o en la meditación es frecuente su presencia consciente para evitar los devaneos de la mente.
Es una herramienta poderosa.
Pero la respiración es cambiante, y no solo depende de nuestro estado de ánimo; en función de nuestra postura corporal, por lo tanto de las tensiones musculares, también varía.
Una postura encorvada en la que los hombros están cerrados y el pecho escondido genera rigidez en la movilidad de la parrilla costal, la respiración se va a quedar en la zona del abdomen y no se va a aprovechar la capacidad total de llenado de los pulmones, ya que éstos no tienen espacio para expandirse.
Tensión en los músculos abdominales, va a limitar la entrada de aire a la parte más baja de los pulmones que están apoyados sobre el diafragma y éste no puede traccionar hacia abajo por la rigidez de la propia musculatura.
Si estoy en una postura de torsión, donde la musculatura intercostal está tensionada no va a tener capacidad de estirarse más con la entrada del aire, por lo que volvemos a dejar la respiración solo para el abdomen. O en una postura de extensión donde la musculatura abdominal está completamente estirada y respirando ahí vamos a conseguir generar compresión en la región lumbar.
Si tomo las riendas de la respiración, y la utilizo a favor de hacia donde quiero ir, ella misma se va a modificar y me va a favorecer en la corrección postural.
Las inhalaciones nos llevan al alargamiento de la columna si las hago completas. Esto es, comienzo tomando el aire en el abdomen por acción del diafragma que desciende, continúo ensanchando las costillas también por acción del diafragma que toma como punto fijo su centro , y de los músculos intercostales inhaladores, y finalizo elevando la parrilla costal y con ella el esternón y las clavículas. Ahí puedo percibir la descompresión de la columna vertebral.
Para la exhalación, sostengo la altura ganada fijando las costillas altas y abiertas y comienzo desde el abdomen, luego las costillas y por último las clavículas para expulsar el aire.
En ambos tiempos necesito un doble empuje:
- Inhalando los hombros traccionan hacia abajo mientras el aire eleva la parrilla costal
- Exhalando los hombros y la parrilla costal empujan hacia abajo mientras la musculatura profunda de columna vertebral tracciona hacia arriba para mantener la altura ganada. Tracciono de la coronilla hacia arriba.
Pero no hay mejor entendimiento que la práctica.