El envejecimiento. Un proceso único
El envejecimiento no es simplemente una cuestión de tiempo; supone un cambio profundo en el cuerpo, la mente y las emociones. La movilidad se reduce, la fuerza muscular disminuye y en muchos casos, la confianza en el propio cuerpo se ve afectada. Además pueden aparecen dolencias crónicas o agudas, soledad y una sensación de desconexión con el entorno.
Aquí es donde el Yoga para la tercera edad cobre un sentido especial. La práctica de Yoga no detiene el tiempo, pero si puede transformar profundamente la manera de transitar esa tapa. No se trata de alcanzar posturas complicadas, sino de ofrecer un espacio seguro y adaptado donde el cuerpo pueda moverse con respeto, la mente se encuentre en calma y el corazón se encuentre acompañado.
Las posturas, los tiempos, las respiraciones y las transiciones deben ajustarse a las capacidades individuales y del grupo y esta pertenencia creará una comunidad donde cada participante se serntirá escuchada y acompañada.
Beneficios específicos de la práctica de Yoga:
- Mejora la fuerza y la flexibilidad. Las posturas suaves y sostenidas ayudana a mantener los músculos activos y a las articulaciones más móviles.
- Mejora del equilibrio y la estabilidad. Esto conyeva al aumento de confianza al moverse y porporciona herramientas para llevar una vida independiente.
- Apoyo al sistema cardiovascular que suele ser uno de los sistemas orgánicos principalemene afectados
- Reducción del estres y de la ansiedad. Estos estados suelen venir provocados por la situación propia del envejecimiento, soledad, falta de atención, falta de entorno de apoyo, etc.
- Fomenta la conexión social. Las clases ofrecen un espacio de encuentro donde se crean lazos y se reducen los sentimientos de soledad.
- Estimula las funciones mentales. A través del trabajo físico se generar redes neuronales, a través del juego se fomenta la memoria, la concentración y la diversión.
Ser instrutora de Yoga para la Tercera Edad no solo es enseñar posturas; es aprender a leer los cuerpos, escuchas historias y acompañar procesos. Requiere sensibilidad, empatía y conocimientos técnicos para adaptar la práctica a las necesidades del alumnado.
Una formación adecuada te enseña sobre las patología comunes y las adaptaciones y técnicas específicas y efectivas; despierta en ti la escucha empática y activa para poder acompañar y comprender la transición en esta etapa. Aporta las herramientas suficientes para que puedas ofrecer un entorno donde se sientan valorados e importantes.
¿Te has planteado crear grupos específicos de personas mayores en tus clases? ¿Y ofrecer tus clases en centros de mayores, residencias o polideportivos?
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